Una de mis primeras visitas debido a la cercanía a Cork fue Cobh, el lugar donde embarcaron los últimos pasajeros del Titanic en su único viaje.
Un lugar con mucho encanto y detalles que te puedes perder si no prestas un mínimo de atención a lo que estás viendo. Como ejemplo la foto de portada que está en el jardín de homenaje a los pasajeros que embarcaron en el Titanic y que si simplemente llegas y miras sin pararte a observar, te puedes perder ya que está un poco escondido. Lo mismo ocurre con el viejo muelle de madera de la segunda imagen por donde se supone que embarcaron los últimos pasajeros irlandeses, y que pasa desapercibido por su aspecto y por estar rodeado de otras edificaciones algo más llamativas.
Sin duda, lo que no os vais a perder es la Catedral. Imposible no verla y subir a visitarla para disfrutar de la paz que trasmite una vez que estás dentro y para divisar Cork Harbour desde las alturas.
Cobh forma parte del puerto de Cork, siendo el lugar destinado para los cruceros, mientras que la zona cercana a Cork City es la parte más industrial.
Paseando podeís encontrar calles muy particulares como la que veis en la imagen con las palmeras y las puertas de colores.
Por las calles de Cork encuentras múltiples referencias al mar, como anclas enormes, esculturas en forma de barco o a Annie Moore con sus dos hermanos.
También puedes encontrarte con algunas sorpresas relacionadas con el deporte; una estatua de Sonia O´Sullivan, subcampeona olímpica y campeona del mundo, o un mural del boxeador Jack Doyle.
Pero sin lugar a dudas, lo mejor de Cobh son sus vistas al mar.