Decidir de forma improvisada visitar una feria en Cork puede resultar ser una gran idea. Quien dice feria, dice explanada donde hay una gran cantidad de atracciones para todas las edades y sus correspondientes "puestecitos" de perritos calientes.
Totalmente al estilo americano, ese que vemos en las películas de Hollywood. Tan americano y tan peliculero que estás subido en una atracción y de repente una chica enfrente de ti empieza a vomitar, con la suerte de que sólo se mancha a ella misma. El movimiento de la atracción hace que los fluidos salgan y regresen una y otra vez a la cara de la chica produciendo arcadas y risas al mismo tiempo en el resto de personas que estaban subidos a la atracción. Por suerte yo no estaba subido y vi los toros desde la barrera en esta ocasión.
Después, un rato de sosiego observando a la gente (alcahueteo) para darnos cuenta que no somos nada diferentes. En todos lados hay gente elegante y "chonis" en mallas cutres. También observamos que el tinte aquí se lo ponen al revés, mientras en España las mujeres suelen teñirse rubias y las raíces se le ven oscuras, en Irlanda se tiñen de negro y las raíces son rubias o "ginger".
Al final, capturamos unos patos de los de "siempre toca premio" y nos fuimos con nuestros peluches tras pasar una tarde de risas increíble.