lunes, 6 de abril de 2015

Niñ@s huérfan@s del fin de semana


Existe un colectivo pozoalbense que cada fin de semana se convierte en huérfano, ni padres ni madres ni tutores legales existen. Se convierten en “la juventud de mi pueblo” sin nombre ni apellidos y sin nadie que responda en su nombre. Durante estos días ya no son José, Juan, María o Raquel, son simplemente “la juventud de mi pueblo”.

Con derecho a todo y sin el deber de nada, llega el viernes y comienza la horfandad. Aparece dinero en sus bolsillos que, aparentemente nadie les ha dado. Alcohol en sus bolsas que se guardan en cocheras sin dueños y se transportan en coches también sin dueños.

Beben en su zona de botellón, bromean, juegan, se relacionan, y también se pelean, ensucian, rompen, queman y chocan. Pero son “la juventud de mi pueblo”, nadie sabe nada y fin de semana tras fin de semana lo mismo; espejos rotos, conducción temeraria a altas horas, borracheras, suciedad, una farola rota, un luminoso partido, una pared pintada,… y a todo esto, siguen siendo los niños huérfanos del fin de semana. Sus padres, responsables de sus actos, desaparecen y no saben nada, ni sienten ni padecen, son otros los que padecen. Son padres que cuando les preguntas te dicen que sus hijos no van al botellón, que sus hijos no beben, que sus hijos no son. Miran para otro lado cuando el problema está en su educación, esa educación que se inculca en el entorno familiar y no en la escuela, aunque también.

La realidad es que estos niños huérfanos del fin de semana, los que se pelean, ensucian, rompen, queman y chocan, son la vergüenza de sus padres, de unos padres que no han sabido educar y por ello no quieren reconocer que son sus hijos los que tienen ese mal comportamiento que nos afecta a todos. Quizá la solución deba venir desde las administraciones, ya que los diferentes educadores no han sido capaces de ello.



Aquí podéis ver algunos enlaces relacionados: diario Córdoba, elcomercio.es, scielosp.org