Esta Romería de traída de 2016 la recordaré por haber podido ver cómo se vive de cerca, siendo espectador de muchos momentos que antes no había podido vivir.
Además de la visita al Santuario he vivido más de cerca la recogida en el Arroyo Hondo y la entrada en Pozoblanco hasta el Ayuntamiento y Santa Catalina, disfrutando cada vez que veía a un niño esperando el paso de la Virgen con su hornazo en las manos y las caras de muchas personas, más de las que imaginaba, casi llorando debido a la emoción del momento, la ofrenda floral y de hornazos en el Ayuntamiento, los "Vivas" a la Virgen y a su niño.