El pasado jueves tuve la oportunidad de
conocer los entresijos de una problemática que nos está ocupando un tiempo que
no debería de ocuparnos, pero que estamos sufriendo en Pozoblanco, mientras los
responsables hacen caso omiso. Pero no me quiero centrar en la responsabilidad
que puedan tener o no unos y otros.
Lo que quiero decir es que, a mi modo de
verlo y aunque sea poco esperanzador, no se va a solucionar a corto plazo, ni
va a ser una única persona o institución quien lo solucione. En este momento,
la solución debe venir con el trabajo conjunto de políticos locales, políticos
autonómicos, servicios sociales, cuerpos de seguridad (Policía y Guardia Civil)
y la sociedad pozoalbense. Cada uno debe asumir su parte del trabajo, pero ¿qué
trabajo? El de devolver la convivencia normal a una barriada.
Para mí, por orden de importancia, primero
se debe agotar la vía de presión a los verdaderos responsables, que no son
otros que la Junta de Andalucía y la empresa pública AVRA (antes EPSA), quien
gestiona las 54 viviendas. Ellos son los que deben devolver las condiciones
iniciales a las VPO, y el Ayuntamiento debe presionar para que así sea si se ve
dejadez o despreocupación por parte de los gestores. Todos sabemos que los problemas
que no te afectan directamente parece que son menos problemas y debemos hacerle
ver a la Junta que el problema también es suyo.
Una vez hecho esto, o quizá al mismo
tiempo, deben de ponerse en marcha actuaciones más intensas por parte de
Servicios Sociales y Policía, coordinándose estas por el propio Ayuntamiento,
pero sabiendo que ni Servicios Sociales ni Policía son elementos de resolución
directos, ya que unos están para controlar las consecuencias de la situación a
largo plazo y básicamente en el entorno familiar y social más cercano, y los
otros para evitar, prevenir y solventar situaciones críticas que requieran de
actuación policial.
Aun así y a pesar de todo el tiempo y el
trabajo que se pudiera utilizar en este proceso sin saber si llegará a una
situación satisfactoria, debemos comenzar por algún sitio, de lo contrario lo
que antes se vislumbrada y ahora es una realidad, se convertirá en una condena
para Los Llanos y Pozoblanco.
He visto preocupación, angustia y miedo, y
también voluntad y ganas de buscar una solución, pero también he visto
excesiva visceralidad y que el enfrentamiento partidista y la confrontación
justificando actuaciones pasadas siguen latentes.
Complicada responsabilidad la que todos
tenemos.