Hoy he decidido escribir sobre la INMADUREZ democrática que existe en nuestro entorno. Y lo digo claramente, no hay derecho que una persona tenga que esconder su ideología por mantener su puesto de trabajo. No hay derecho que para que te acepten o no en una entrevista tengas que declararte apolítico. No hay derecho a que en cualquier colectivo tengas que demostrar a diario lo bueno que eres por encima de los demás simplemente porque tú has hecho pública tu inclinación política y los demás no. No hay derecho a que simplemente por la POLÍTICA se ningunee, rechace, amenace o desprecie a alguien.
La POLÍTICA es una parte, tan sólo UNA de todas las que conforman nuestro día a día.
Nos creemos los reyes cuando nuestro colectivo es el que más gente aglutina o nuestra empresa es a la que mejor le va, pero eso sí, que no me entere yo que tienes ideología política y que además lo haces público porque si no, desapareces, no cuentas, sólo sirves para tu gueto.
Y todo por la inmadurez democrática que hace que tengamos asumido que todo lo que es diferente a mí, me perjudica y va contra mí. Creéis que aplicando este MIEDO sois mejores, más poderosos y libres. Y, sencillamente, no es así. Siento PENA cada vez que oigo a alguien decir en privado que es de tal o cual ideología pero no se atreve a hacerlo públicamente, pero más pena siento por todo lo que rodea esa decisión, por ese jefe, presidente, vecino, cliente. Pena de saber que su mente está tan cerrada que nunca conocerá lo que es la libertad real de pensamiento y la independencia democrática, y que en su mente tampoco entra el término RESPETO.
Esto SÍ es culpa de la herencia recibida.